Nuestro Pan Diario
14 Septiembre 2014
Dulce Jesús
LEA: Mateo 18:1-10
… De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. —Mateo 18:3
Amante Jesús, dulce Cordero,
en tus manos de gracia estoy.
Hazme, Salvador, lo que tú eres;
vive dentro de mi corazón.
Cuando algunos seguidores de Jesús estaban compitiendo por una posición en su reino, «llamando [Él] a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos» (Mateo 18:2-3).
Pocos niños buscan posición o poder, ya que ellos desean ser aceptados y sentirse seguros. Se aferran a los adultos que los aman y se ocupan de ellos. Jesús nunca rechazó a un niño.
La última estrofa del poema de Wesley muestra el deseo semejante al de un niño de ser como Jesús:
«Mostraré, entonces, tu alabanza / te serviré todos mis días felices. / Después, el mundo siempre verá / a Cristo, el santo Niño, en mí».
La fe brilla en todo su esplendor en un corazón semejante al de un niño.
Fonte: http://rbclatino.org/
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